jueves, 27 de abril de 2017

Minvu abrirá convocatoria para que adultos mayores puedan optar a un subsidio de arriendo

A partir de este martes 2 de mayo y hasta el 31 de julio, los adultos mayores del país podrán postular al llamado especial que tendrá este grupo etario para el subsidio de arriendo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).
Lo anterior, debido a que este año se extendió el llamado a todo el país tras la experiencia piloto del año pasado en las regiones de O’Higgins, Bío Bío y La Araucanía.
Al beneficio pueden postular todos quienes tengan 60 años o más al presente año y se encuentren en el 70% más vulnerable según el Registro Social de Hogares.
A diferencia de otros apoyos estatales del Minvu, en este caso no se requerirá ahorro mínimo. Sí se necesitará acreditar un ingreso equivalente a la pensión asistencial, que es de $102.897 (3,8 UF aproximadamente).
Asimismo, tendrá una cobertura que varía entre un 90% y un 95% del total del arriendo, lo que dependerá del porcentaje en el Registro Social de Hogares del beneficiado.
Por ejemplo, si un adulto mayor beneficiado pertenece al 40% de la población más vulnerable y arrienda una vivienda con una renta mensual de $200.000, en este caso el subsidio cubriría $190.000 y el adulto mayor debería pagar $10.000 como copago mensual.
En tanto, el máximo del arriendo mensual de la vivienda varía entre las 8,6 y las 10 UF, según la comuna donde se ubique.
El Seremi de Vivienda y Urbanismo de la Región de O’Higgins, Hernán Rodríguez, expresó que “el subsidio de arriendo ha ido ampliando su cobertura y este año en particular estamos haciendo un llamado que pueden incluirse los adultos mayores, creo que es bastante importante recalcar que este subsidio no es una solución definitiva, pero sí un puente que permite durante más o menos dos años, suplir parte importante del arriendo”.
En el llamado realizado el año pasado, fueron 119 los beneficiados en O’Higgins. A propósito de esto, el director regional del Serviu, Víctor Cárdenas, resaltó que dicho subsidio “cada día ha ido avanzando más en la aceptación de las familias como una alternativa adecuada para dar soluciones a los temas de vivienda”.
Asimismo, el Seremi agregó que “los adultos mayores corresponden a un grupo etario que tiene cada vez más importancia en el país y que va creciendo, somos un país que está envejeciendo y eso no tiene que ser un problema, sino que el Estado tiene que preocuparse de ello. Nosotros como ministerio sí lo estamos haciendo, por eso hemos generado políticas especiales como los Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores, las viviendas tuteladas y este mismo subsidio”, recalcó.

jueves, 6 de abril de 2017

Resiliencia: el secreto de las personas felices




Sabes qué es la resiliencia? ¿Qué te convierte en resiliente? 



¿Por qué unos son capaces de seguir en el empeño y a otros les supera la situación o las emociones? La palabra de moda que desde hace algún tiempo pronuncian desde deportistas a coaches emocionales es una de las mejores herramientas que tenemos a nuestro alcance para conseguir la anhelada felicidad. La psicóloga y escritora Patricia Ramírez –autora de libros como Cuenta ContigoAsí lideras, así compites- nos explica qué capacidades necesitamos para convertirnos en un persona resiliente o, lo que es lo mismo, capaz de adaptarnos y superar los golpes que nos depara la vida.
La persona resiliente se caracteriza por no tirar la toalla. La historia está llena de ejemplos de resiliencia. Existen historias que nos ponen los pelos de punta. Kathrine Switzer fue la primera mujer en correr una maratón en 1967. Hasta ese año las mujeres tenían prohibido correr maratones, y a pesar de que el director del evento trató de echarla a empujones de la carrera, la acabó con el dorsal 261. En España también tenemos historias más que conmovedoras, como lo es la experiencia dura y con final feliz de María Belón y su familia, que sobrevivieron al tsunami del Índico en 2004. A pesar de la devastación, de encontrarse en un país del que desconocía su geografía e idioma, no dejaron de luchar hasta reunir a la familia completa.
No hace falta vivir una experiencia límite para saber si somos resilientes. Hombres y mujeres luchan a diario por superar una separación de pareja, un despido improcedente, el accidente fruto de la borrachera de un irresponsable o la deslealtad de algún socio que les deja colgados con deudas. La personalidad resiliente ayuda a superar los malos, injustos, tristes, duros o desesperantes baches que la vida nos va poniendo. Sin esa capacidad la gente se quedaría en el camino, como les ocurre a muchas personas.
Pero, ¿qué te convierte en resiliente? ¿Por qué unos son capaces de seguir en el empeño y a otros les supera la situación o las emociones? La explicación se debe a varias características de la persona y no puede explicarse de forma simple desde un solo concepto. He aquí algunas de las características de la persona resiliente.
Una persona resiliente…

Tiene pasión

La pasión está estrechamente ligada a nuestros talentos. Cuando les preguntas a los mejores profesionales por qué llegaron a ser brillantes, la mayoría contesta que se dedican a lo que les apasiona. Es difícil abandonar una pasión por muchas piedras que te encuentres en el camino. A la pasión se le dedican horas, curiosidad, creatividad y terminas encontrando soluciones dónde otros no las ven.

Es valiente

La persona valiente tiene claro que el riesgo controlado compensa. No le importa enfrentarse a emociones como la incertidumbre, el miedo o la frustración. Tiene tan claro que quiere triunfar en su objetivo, que su deseo de conseguirlo está por encima de los momentos duros, los de soledad y los de fracaso. La persona valiente sabe gestionar sus fracasos, interpretarlos, aprender de ellos y buscar soluciones. La persona valiente tiene la determinación de ser una triunfadora.

Tiene resistencia

La resistencia viene del concepto inglés hardiness y aparece en muchos cuestionarios de la personalidad como un predictor del éxito. Los estudios de Kobasa y Maddi comprobaron que existen personas que ante la adversidad, le dan la vuelta a la tortilla. Son capaces de crecerse y superar la situación. Mientras que otras, ante hechos de menor gravedad, se hunden. A esto lo llamaron hardiness. Y esa resistencia se nutre de compromiso, entendido como la implicación que alguien tiene con su proyecto; control, como la idea de estar convencido de que en gran medida controlas tu entorno; y ver el reto como una oportunidad de cambio, sin miedo a salir de la zona confortable, aceptándolo como un juego.

Gestiona positivamente el fracaso

A partir de los seis años tendemos a sacar conclusiones devastadoras sobre nosotros mismos cada vez que nos equivocamos. Sinceramente, fracasar o cometer errores lo llevamos realmente mal. La persona que gestiona el fracaso de forma positiva, sin tratarse mal, se atreve de nuevo. Dado que sus errores no le salen caros a nivel emocional, se atreve, aprende y evoluciona.

Acepta la parte injusta de la vida

Existe y nos va a tocar a todos en algún momento y en alguna medida. Momentos duros que muchas veces no provocamos nosotros, pero que nos hacen sufrir, dudar de los valores y de la justicia de la vida. Y es que no existe tal justicia. El refrán “recoges lo que siembras” no siempre es cierto. Puedes sembrar educación, amabilidad, generosidad u honestidad y aun así dar con una pareja o con un socio que te falle. No hay una relación directa entre ser buena persona y buen profesional y recibir lo mismo a cambio. Ojalá, pero no. La vida juega sus propias cartas, las personas son distintas a nosotros, las enfermedades aparecen a veces no teniendo factores de riesgo. Es cierto que reducimos mucho la probabilidad de que ocurra siendo coherentes con nuestros valores y llevando una vida saludable. Pero no es suficiente para evitar lo que no deseamos y para alejarnos de las desgracias. Hay que aprender a aceptar lo que no depende de nosotros y focalizar así la energía en lo que sí depende. Despídete del victimismo.

Se enfoca más en las soluciones que en los problemas

Hay personas para las que tener problemas es ya un problema. Y resulta que la vida está llena de ellos, todos los días. La persona resiliente observa los problemas como algo natural, a lo que hay que dar solución, sin más agobio. Cuando contemplamos el problema como algo que enturbia nuestra paz, ya le estamos dando un tinte dramático. Y esta misma actitud es la que nos cierra en banda impidiendo ver las soluciones y el optimismo que tiene una persona resiliente.
La resiliencia se entrena y nos ayuda a sobrevivir con serenidad y fuerza. No la dejes para otra vida.

miércoles, 15 de marzo de 2017

MAS RESERVAS COGNITIVAS, MENOS RIESGOS DE ALZHEIMER


La educación es un factor protector, incluso en personas con mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, la educación retarda su comienzo.La cognición (la capacidad de aprender, resolver problemas, recordar y utilizar apropiadamente la información almacenada) es fundamental para una buena salud y envejecimiento. Diversas condiciones, muchas de ellas asociadas a la edad, afectan adversamente a la cognición», explicó el doctor Juan de Jesús Llibre Rodríguez, presidente de la sección cubana de Alzheimer, con quien Granma conversó sobre las ventajas de la educación para incrementar las reservas cognitivas y disminuir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer.

De acuerdo con el experto, dicha premisa quedó demostrada en el proyecto Envejecimiento y Alzheimer, un estudio de seguimiento de 3 000 personas de 65 años y más en la población cubana, iniciado en el año 2003, con evaluaciones que se realizan cada cuatro años. «El propósito de la investigación es brindar información acerca de las enfermedades crónicas no transmisibles y los factores de riesgo que afectan la salud física y mental de las personas mayores, con especial énfasis en las funciones cognitivas, así como los factores que se asocian a un envejecimiento cerebral saludable», dijo.
«En el estudio se confirmó que el riesgo de enfermedad de Alzheimer disminuyó en un 30 % en las personas mayores con nivel preuniversitario, y en un 40 % en los universitarios en relación con las personas con nivel de educación primario o inferior, controlando el efecto de otros factores como la edad, el sexo y las enfermedades cardiovasculares. Las pruebas utilizadas tuvieron en cuenta la influencia del nivel educacional», señaló el entrevistado.
Según el doctor Llibre Rodríguez, estos resultados confirman evidencias de estudios epidemiológicos realizados en diversas latitudes. «Una revisión sistemática y metaanálisis de 133 estudios con más de 437 477 participantes mostró que la baja educación incrementa el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer».
«La educación y la estimulación cognitiva durante toda la vida disminuyen el riesgo de enfermedad de Alzheimer ayudando a desarrollar una reserva cognitiva que permite a las personas continuar funcionando a un nivel normal, a pesar de estar experimentando los cambios degenerativos en sus cerebros» subrayó el especialista.
Asimismo, si bien se reconoce el efecto de la educación y la estimulación cognitiva durante toda la vida en la neuroprotección, se plantea que las personas con mayor educación por lo general alcanzan mejores condiciones socioeconómicas, se preocupan más por cuidar su salud, adoptan estilos de vida más saludables desde la infancia, y durante toda la vida.
«Envejecer bien depende de los genes, el ambiente y el estilo de vida. Es posible que con el incremento en la edad la persona mayor note un aumento de la dificultad para encontrar palabras, dificultad para realizar múltiples tareas a la vez y una disminución leve en poder poner atención, pero todavía será capaz de aprender cosas nuevas, crear nuevos recuerdos y mejorar su vocabulario y lenguaje», puntualizó el doctor Llibre Rodríguez.
«En Cuba, después de los 65 años, aproximadamente el 8 % de las personas mayores desarrolla deterioro cognitivo leve (personas en riesgo de desarrollar demencia) y un 10 % desarrollan demencia. Aproximadamente dos tercios de las personas con demencia identificados en los estudios de población sufren la enfermedad de Alzheimer, ya sea sola o combinada con otras enfermedades», dijo el especialista.
Como la edad es el factor de riesgo más reconocido para desarrollar demencia, el número de personas con esta condición se incrementará en Cuba en los próximos años con el acelerado proceso de envejecimiento de su población, de la cual más de un 19 % ya tiene o sobrepasa los 60 años.
«En Cuba, las investigaciones realizadas estiman en 160 000 las personas que viven con demencia. Asumiendo que no se alcance la cura de la enfermedad en los próximos años, el número de personas con demencia se incrementará a 300 000 personas para el año 2040, que representará el 2,7 % de la población cubana», alertó el entrevistado.
Los autores del estudio recomiendan diversas acciones que pueden ayudar a disminuir el riesgo de padecer esta enfermedad, entre las cuales mencionan cuidar su corazón (prevención y control de la diabetes, obesidad, hipertensión arterial y eliminar el tabaquismo), seguir una dieta saludable, mantenerse físicamente activo, retar a su cerebro aprendiendo cosas nuevas y disfrutar con la familia, amigos y su comunidad.
Pero sobre todo, «nunca es tarde para realizar actividades que estimulen la reserva cognitiva, como por ejemplo integrarse a un Centro Educativo del Adulto Mayor, a los círculos y casas de abuelos, y participar en grupos y actividades sociales», concluyó.
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